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miércoles, 3 de junio de 2009

Influenza: más allá de las apariencias

Colectivo Tlanemani - Tlan


Hace poco más de un mes la vida cotidiana en la Ciudad de México se vio alterada por un comunicado nocturno de la Secretaría de Salud, el Jueves 23 de Abril, lo cual derivó en la suspensión de clases en todos los niveles, además de una serie de advertencias y anuncios que tuvieron por objeto evitar conglomeraciones en el Distrito Federal y el Área Metropolitana, la causa: un brote epidémico.
Pocos días después se supo de la aparición de la epidemia en otros países del mundo a la par que se extendía en México, que como medida de seguridad tuvo el cierre de escuelas, bares, restaurantes, cines, etc.

La información desde el principio ha sido contradictoria e inverosímil por la irresponsabilidad con la que ha sido manejada por las autoridades y los medios de comunicación. Esto ha generado diferentes versiones en torno a los mensajes de las autoridades que van, desde la idea de que la epidemia es un mito, hasta la que consideran que esto es una pandemia más grave de lo que han revelado las autoridades.
En un principio no había certeza sobre la forma en que se debía clasificar este virus, ahora, ha sido catalogado como AH1N1 de contenido genético porcino, humano y aviar, que sin embargo no nos ayuda a comprender si las causas que favorecieron su mutación son responsabilidad de la actividad del ser humano o de otra naturaleza.
Nuestra relación actual con el medio ambiente es autodestructiva. El ser humano destruye su entorno y este entorno destruido destruye a su vez al ser humano; armas y experimentos nucleares, el calentamiento global, e
xperimentaciones con animales, su trato y alteración genética, condiciones de salubridad deplorables en las granjas ganaderas. Esto último, aunado a las fosas comunes que posibilitan la concentración e interacción de diferentes virus, así como la alteración y mutación de los mismos.
Las políticas de salubridad y protección civil en México no exigen a las grandes empresas, entre éstas las granjas porcinas, las condiciones sanitarias adecuadas para la producción y funcionamiento industrial. Por ejemplo, la transnacional Granjas Carroll de México tiene como sistemas de desecho arrojar el estiércol de los cerdos a mantos acuíferos y, estos desechos contienen por gramo cien millones de bacterias coliformes que pueden hacer enfermar a la población humana causando males respiratorios e infecciones en el sistema digestivo.
La negligencia política de salubridad en México no termina aquí, por el contrario, sus estragos nos afectan de manera más directa: antes de la epidemia en la mayoría de las escuelas no había jabón para lavarse las manos, en muchas otras no había y sigue sin haber agua, incluso existen escuelas que no tienen baños, según declaraciones de Elba Esther Gordillo, las cuales reflejan el cinismo y la ineptitud de las políticas de salubridad escolar.
Las políticas neoliberales promovidas en los últimos cinco sexenios, han reducido el presupuesto para salubridad e investigación, más la desaparición de instituciones públicas de salud, esto sólo demuestra que en realidad la seguridad del pueblo no es un rubro que le interese resolver al gobierno federal.
Las industrias farmacéuticas has sido las más beneficiadas a este respecto, debido a que las medicinas que combaten el nuevo virus están patentadas como Zanamivir o comercialmente Relenza de Glaxo Smith-Kline y Oseltamivir cuya marca comercial es Tamiflu bajo sello de Gilead Sciences, licenciado exclusivo de Roche. Así pues, todas las instituciones de salud del mundo están obligadas a comprar tales patentes a estas empresas para combatir el virus. Hay que recordar que con la gripe aviar estas empresas obtuvieron cientos o miles de millones de dólares de ganancias.
La Organización Mundial de la Salud ha otorgado información sobre el virus para el desarrollo de la vacuna, que obviamente representa un negocio privado para la transnacional norteamericana Baxter, misma empresa que el año pasado expandió el virus de la gripe aviar por “error humano” en los países de Alemania, Eslovenia y República Checa.
El gobierno mexicano ha manejado la información sobre la influenza de tal manera que pueda salir beneficiado por la gran paranoia que ha fomentado. En primer lugar, las cifras parecieran mágicamente disminuir el número de infectados en México mientras en el resto del mundo aumentan, ¿es acaso México un mundo diferente?; además de primera instancia, las cifras de muertes anunciadas por la Secretaría de Salud por la nueva enfermedad habían llegado el 29 de Abril hasta los 149 y los infectados a 1995, mientras que un día después se anunciaban tan sólo 7 muertes por ese nuevo virus. A la par, el miedo había permeado ya en gran parte de la sociedad.
En segundo lugar, la alerta de salud se dio tardíamente en un claro manejo político, ya que se dio después de la visita de Barack Obama y justo un día antes de que el Congreso aprobara una serie de reformas y leyes de las que poco supimos. El neoliberalismo para implantar sus políticas suele recurrir a la Doctrina del Shock (llamada así por la periodista e investigadora Naomi Klein) que consiste en la fabricación y/o utilización de un suceso de trascendencia social y de carácter traumático (guerras, golpes de estado, ataques terroristas, desastres naturales, epidemias, etc.) para imponer políticas antipopulares o de carácter altamente represivo.
En el caso de esta epidemia, hay que subrayar que el Viernes 24 de Abril fueron aprobadas por lo menos 12 leyes al vapor, entre las que sobresalen la Ley de Narcomenudeo que define la cantidad de droga que una persona puede portar antes de considerarse narcomenudista, sin así legalizar su venta lo cual sigue fomentando el gran negocio que es el narcotráfico; la nueva Ley de la Policía Federal que le permite a esa institución el espionaje telefónico, intervención en internet y la ejecución de estrategias encubiertas de “prevención” además de poder solicitar cualquier información a cualquier entidad gubernamental y obligar a las empresas privadas de telefonía a dar la ubicación geográfica precisa de donde provienen las llamadas de celular; así como la reforma a la Ley de Seguridad Nacional con que se permite la intervención del ejército en caso de una sublevación o actos que pongan en peligro la paz o seguridad de cualquier municipio, estado o región, esto claro interpretado por el “intachable” gobierno de Calderón.
Pero el problema no acaba aquí. Entre información y comerciales al respecto de la influenza y propagandas electorales, los medios de comunicación mantienen preocupada y atestada a la sociedad mexicana; los datos que proporcionan siguen variando entre sí de acuerdo al día en que se dan y el medio particular o persona que los genera. De esta manera y en respuesta al evidente manejo político que las autoridades del país le están dando a la epidemia, ha surgido en gran parte de la población una enorme desconfianza hacia el gobierno actual, misma que nos hace repensar el momento histórico-social, y la situación política de nuestro país: año de elecciones, crisis económica, crisis sanitaria, afianzamiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, crisis educativa por las reformas neoliberales, relación estrecha entre autoridades y narcotraficantes, etc.

4 comentarios:

eme Meza dijo...

Hay algo con lo que no concuerdo.
La información sobre las leyes aprobadas durante ese período fue difundida normalmente en la radio y los periódicos, por lo menos en la Ciudad de México. Si la gente no se entera de este tipo de cosas es porque no le interesa mantenerse informado o porque le da pereza leer y prefiere escucharlas de boca de López Dóriga, quien, como sabemos bien, nunca habla más de la cuenta.

Kuratzin dijo...

Gracias por tu comentario! aunque estaría mejor que dijeras qué opinas sobre el resto del artículo para que tu opinión sea más crítica.
Personalmente dudo que a la gente no le interese estar informada; creo más bien que de lo que se trata no es algo tan superficial; es un problema de desinformación que se gestó hace un buen rato y obviamente no es sencillo erradicarlo. :) saludos!

Bastardo dijo...

Sinceramente pienso que Méjico es uno de los países donde se puede o vivir bien (si tienes dinero) o vivir muy mal (la mayoría de las personas) yo tengo familia ayí en Méjico pero vivo en España. Mi familia tuvo que emigrar ayí por culpa del dictador Franco. Me he identificado mucho con el artículo, ya que no podía dejar de leerlo y me ha aclarado la falta de higiene que hay en ciertas zonas de Méjico. No lo esperaba tan mal. Me abristes los ojos muchas gracias.
http://benditosbastardos.blogspot.com/
(voy a poner el link de esta página en mi blog ¿puedo?)

Kuratzin dijo...

Bastardo gracias por tu comentario. Nosdará mucho gusto que pongas nuestro link en tu blog.
Suerte y gracias por escribir! Qué chévere que te gustó.